Puede tratarse de un déficit de atención, hiperactividad o una combinación de ambos
El tratamiento farmacológico y el psicológico deben ir de la mano para darles apoyo emocional a los afectados
Distraerse en clase, estar en continuo movimiento o actuar sin pensar son tres de los rasgos más característicos de los niños con Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), uno de los trastornos psiquiátricos más frecuentes entre niños en edad escolar y adolescentes. Con motivo de concienciar a la población de este tipo de afecciones, ayer se celebró en la Casa de la Juventud de Pamplona la V Jornada Asociación TDAH Sarasate, bajo el lema ¿Qué hacer por nuestros adolescentes?
Pero, ¿qué es exactamente el TDAH? Se trata de un trastorno de base neurobiológica en el que hay un desequilibrio entre neurotransmisores, sobre todo la dopamina y noradrenalina. No obstante, ésta es una definición genérica que aglutina tres tipos diferentes de TDAH: predominio en atento, es decir, distracciones y problemas de concentración; predominio impulsivo o hiperactivo, en el que hay más actividad motora; y el tipo combinado. Dependiendo del diagnóstico, los niños con este tipo de trastorno presentan diferentes dificultades y síntomas que le afectan a la hora del aprendizaje, en las relaciones sociales y en lo emocional, con baja autoestima y poca tolerancia a la frustración. Por ello, es importante desarrollar estrategias y apoyarles con recursos, una labor que desde la Asociación TDAH Sarasate conocen muy bien.
Pilar Rodríguez Pajuelo, psicóloga de la asociación, conoce bien el comportamiento de los niños con este tipo de trastorno y señala como clave para tratarles la "combinación farmacológica, psicológica y psicoeducativa", ya que además de utilizar fármacos, "es necesario darles apoyo emocional".
Al tratarse de un problema que afecta desde la infancia, es conveniente la detección precoz, algo que habitualmente se produce cuando el niño pasa a Primaria, hacia los seis o siete años. Es en ese momento cuando el profesor se percata y remite al menor al médico de cabecera, quien se encarga de hacer un electrocardiograma y una batería de tests que valora la inteligencia para descartar un problema intelectual.
Problemas académicos Es precisamente el escolar uno de los ámbitos en el que mayores problemas encuentran los niños con TDAH, por lo que "es muy importante que los profesores se involucren y sepan comprender la situación", declara Rodríguez. No obstante, esto se complica en la medida en la que los alumnos van pasando a la adolescencia y dan el salto a Secundaria. "En Primaria el tutor está más horas con el niño, pero en Secundaria pasa menos horas. Además, los padres pierden un poco el control en el tema de las tareas y el estudio", señala. Para evitar esta situación "es importante que los padres hagan un seguimiento, ya que los adolescentes suelen olvidarse de apuntar las cosas". Con estos pasos, los jóvenes "logran autonomía de cara a un futuro, ya que se crean una serie de hábitos".
De este tipo de acciones es buena conocedora Sonia Viader Netto, presidenta de la asociación y madre de un chico con TDAH de 14 años. Sin duda, se trata de una edad complicada en la que "los problemas típicos del trastorno se juntan con los de la adolescencia", declara Viader, quien se muestra aliviada por la detección temprana del trastorno y el seguimiento tanto médico como psicológico que ha recibido su hijo.
Pautas básicas A la hora de tratar a estos niños en la escuela, es importante que el profesorado lleve a cabo una serie de procedimientos que capten la atención del niño sin que éste se sienta violentado. "Cuando se les llama la atención no se sienten cómodos, por eso es importante que el profesor pase a su lado y le toque el brazo, para de esta forma hacerle reaccionar", indica la psicóloga Pilar Rodríguez. Además, la colocación del alumno en las primeras filas le persuade de la distracción. En el caso de hiperactivos, el profesorado debe ser flexible y "permitirle moverse sacándole a la pizarra o mandándole a hacer fotocopias", recalca.
Pero los problemas no se limitan al ámbito académico, ya que las relaciones sociales se ven perjudicadas al tener dificultades en la expresión. "Dicen lo que les viene a la cabeza en el momento y actúan por impulso, por lo que sus compañeros no les comprenden", declara Rodríguez. Un defecto que con la madurez pasa a corregirse a base de esfuerzo.
No obstante, los niños con TDAH "tiene muchas cosas positivas: son cariñosos, imaginativos, detallistas y muy sensibles a los tonos de voz", declara Sonia Viader, quien reclama "más formación tanto para médicos, como profesorado y administraciones, aunque los recortes afectarán".
BY Noticias de Navarra.com
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